viernes, 18 de enero de 2008

A D I O S.


Mi corazón Omite el rencor, y la extrañeza de lo que esta ocurriendo me asombra definitivamente, pues siempre crei que cuando llegara este momento seria aun mas doloroso, pero la verdad es que no sólo no duele, tambien tu recuerdo me deja irremediablemente, y abre paso a nuevos caminos.

Lleno de buenos deseos tu imagen mientras la veo perderse en las aguas de la memoria y le envio un beso fugaz de despedida, corto hilos de plata y ya esta.

Repito que creí seria mas complejo, no quiero que sientas con mis ultimas palabras que te desmerezco, al contrario consuelate pensando que no existen dolores...y entonces busca por alguna calle remota la respuesta a la incognita de si existen mejores finales ( ¿? ) del que te estoy entregando, reitero que debes estar agradecido.

Y bueno llenemonos de miradas por una vez (como nunca lo hicimos) para recordarnos una milesima de segundo despues que voltemos las cabezas en direcciones opuestas.

Pensaré (intentando) dirigirte en el mejor tono lo que viene a continuación, con la seguridad de que sonara como en realidad no quiero que suene, pero como licillanamente es.


Hasta la Vista ( y a ver cuantos matices podemos ponerle a esta historia).


viernes, 4 de enero de 2008

De diván y de tí.


Para variar me esta penando tu recuerdo, incitandome lentamente a volver a los vagabundeos del despues de, que vivieron en un antes de Hoy. No alcanzo a comprender porque no puedo desligarme de tu imagen, para poder un dia reclinar comodamente la cabeza sobre el mismo divan en el que un dia te amé, sin evocar tu olor, tus cabellos mezclados con los mios, tus manos. Malditas y Benditas. Manos que moldearon a fuego mi cuerpo. En suma: todo lo tuyo en mí es constante dolor.

Vuelvo a recordar tu imagen fugaz, siempre fugaz. Y busco de tí, reniego de tí, sufro de tí...para finalmente volver a esperar de tí. Es cierto cuando dicen que la estupidez no tiene limites, y no hace caso de la razon, porque la conciencia no es mas fuerte que el deseo, y el amor se ve derrotado como elección frente a una pasión. Como la tuya, que fue cielo e infierno en un segundo cuspide profundo, tal como los instantes de placer que regalaste a esta carne. Marchita con el tiempo, manchada con el tiempo.

Y como ves, vuelvo a reclinar comodamente mi cabeza en el diván, evocandote y reflexionando el porque de no lograr hacerlo sin que tu estes. lado,sobre,debajo. Aunque sea, desde hace segundos ilimitados y pasados, sólo en mi cabeza. Sólo en mi recuerdo. Y nunca más conmigo, nunca mas de mí. Sólo en el Diván por unica y definitiva vez.

Existen historias con Final.